{Billie Pipper caracteriza a Lindsey}
Incapaz de seguir así decidió volver a Alemania, donde para huir de su pasado buscó trabajos normales, trató de tener relaciones normales y, poco a poco se fue construyendo una vida como la de cualquier otro ser humano. La ansiedad le atacaba por las noches devolviendo a la joven Andrea que aún se sentía parte de algo, la Andrea que jugaba con las normas impuestas y no se escondía fuera del tablero.
Durante el día solía parecer una persona normal, algo fría pero nada que preocupase a aquellos que la veían a diario y no tuvo que pasar demasiado hasta que Andy empezase a buscar compañía durante las noches para huir de su propia soledad. Nunca repetía con nadie y cada vez habían menos hombres en su vida puesto que, a pesar de sus apariencias es de ese tipo de personas que se dejan llevar por los sentimientos y aún tenía a Med en la cabeza. La culpabilidad la estaba matando y dormir cada día con una mujer diferente parecía animarla y borrar su pasado por unos instantes, al igual que sus adiciones -las cuales podía dejar durante largas épocas si se sentía feliz.
Sus vacaciones empezaron mejor de lo que ella había esperado, aunque Andy pasaba más tiempo pendiente de su pánico a encontrarse con algún conocido que pendiente de Lindsey o de la carretera mientras conducía. Ese fue el motivo por el que, mientras volvían al hotel Lindsey perdiera la vida y todo se volviese negro otra vez para Andy.
Trescientos sesenta y tres días pasaron hasta que una confusa Andrea Schwarz despertara en el hospital St Barts pero tardó mucho más tiempo en recuperarse completamente del accidente. En volver a caminar y en aceptar que Lindsey estaba muerta y que ella había tenido la culpa. No hubieron más secuelas que las mentales. Andy no volvería a estar segura en un vehículo, ni volvería a aceptar el cariño de nadie.